El verano, en el que decidimos compartir con algunos amigos nuestra pasión por el cine chungo, queda ya muy lejos. Fue en agosto de 2009, en el pequeño salón de actos de la radio libre del distrito de Latina, en Madrid. Allí se hacinaron poco más de noventa personas que, a pesar de un calor sofocante, disfrutaron como niños de esas tres primeras películas que elegimos para divertir y horrorizar al mismo tiempo.
Cada Monstrua ha sido un escalón más hacia arriba. Trabajo duro y diversión a partes iguales que convirtieron en adeptos a esos primeros espectadores que respondieron a nuestra novedosa propuesta hace ya diez años. Gracias al boca oreja, estos pocos seguidores han conseguido que superemos las cifras de audiencia en cada edición y que nos veamos obligados a buscar emplazamientos con mayores aforos.
Durante la andadura del evento hemos repasado títulos de todas las épocas y de todas las nacionalidades. Desde cine de zombis nigeriano, pasando por los superhéroes mexicanos o las tortugas mutantes coreanas. Tanto el cine comercial, como el cine de autor o el experimental, han tenido su hueco en la Monstrua.
Pero como hemos adelantado, la Monstrua no sería el fenómeno que es hoy en día sin su público. Los gritos desde la platea son lo que consiguen hacer de una jornada divertida algo realmente memorable. La comunión que existe siempre en una sala de cine, aquí es sin duda la esencia y la fuerza vital que nos empuja a seguir con el proyecto año tras año.
El 26 de octubre, todo el día, Campamento Krypton junto con el Ayuntamiento de Rivas- Vaciamadrid celebrará diez años de caspa, psicotronia y descacharre: ¡Larga vida a la Monstrua!
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